Caminando por las calles [Libre]

**Adam Mayfar** Jue Dic 10, 2009 3:41 am

Podían llamarlo un revolucionario, pero Adam no era así, simplemente se encontraba en contra de los sombreros tan altos, si bien la "Nueva moda" lo imponía, él no lo hacía. Cuando su querida Eliza se encontraba con vida, era ella quién le imploraba que se colocará el sombrero alto, ahora que ella ya no estaba junto a él, no le haría caso a nadie.
Caminaba por las calles de Londres, aquellas que no había pisado en años y que al caminarlas, notaba que no las había extrañado en lo absoluto. Ya que se encontraba de pasada por allí, estaba decidido a comprarle algunos regalos a sus queridas hermanas, a quién había extrañado mucho en el tiempo que se encontraban separadas. Fue allí donde a se topo con un hermoso violín. Al verlo se le vino la imagen de su hermana Caroline quién adoraba tocarlo. Al entrar a la tienda, observo que también había un hermoso piano, aquel que su hermana Amy tocaba con tanto afán. Se acerco a este y puso una mano, sin que el vendedor lo viera, para tocar la madera de este, era suave y tal parecía que era muy bueno. Se quedo prendado de las teclas, y le vino un recuerdo repentino, el de su Eliza tocando, alegremente aquel instrumento...

**Gabrielle Demming** Jue Dic 10, 2009 6:08 am

Desde que era pequeña, habia aprendido a tocar varios instrumentos, siempre con la ayuda de mi querida madre, pero mi preferido sin duda habia sido el piano. Algo que compartian la mayoria de las adolescentes.

Paseando por las calles de Londres, con mi carruaje pisandome los talones, me qeude absorta en un tienda pequeña de musica donde se encontraba, si mirabas a lo lejos dentro de ella, un hermoso piano de caoba. No podia mover ni un pie de alli mirandolo y acordandome de aquellos momentos en los qe sentada entre las piernas de mi madre, habia aprendido tocando encima de sus manos.

Sonreia, no podia hacer otra cosa ante esos preciosos recuerdos.

**Adam Mayfar** Vie Dic 11, 2009 1:03 am

Adam se sentía realmente satisfecho con su compra, tenía dinero de sobra y le gustaba gastarlo con las personas que más adoraba en toda su vida...su familia. Para él lo más triste, además de perder a su Eliza, era que está no le había obsequiado el mejor regalo del mundo, ser padre, pero por alguna razón Dios obraba de maneras misteriosa y eso era lo que él esperaba, que su Dios se dignará a darle aunque sea una mínima señal de que algún día desaparecería aquel sentimiento de soledad y tristeza.
Al salir de la tienda, con el violín en mano, saludo al vendedor con una reverencia nada ostentosa, y mientras este primero le decía que en esos días estaría el piano en su casa, Adam salió del lugar, mirando para atrás, sin darse cuenta que se había llevado por delante una señorita. -Mil disculpas señorita...no piense que soy de esos caballeros que maltratan a las mujeres, déjeme decirle que no es así- Se sentía realmente mal por cometer aquel actor que inmediatamente se ruborizo. -Soy Adam Mayfar...De nuevo perdone- Le dedico una reverencia, mientras que se mordía el labio por ser tan despistado.

**Gabrielle Demming** Vie Dic 11, 2009 3:54 am

Sonreia ensimismada admirando aquel grandioso piano cuando algo topo contra mi, ya era la segunda vez en la misma semana que alguien chocaba o me pegaba con algo. Volvi al mundo para reconocer que era lo que habia pasado y me encontre de frente con un hombre atractivo pidiendome disculpas por el empujon. Sonrojada conteste

- No se preocupe milord, estoy acostumbrada a ser el centro de los golpes en esta ciudad. - Dije sonriendo atentamente.

Me acomode la falda que para entonces se habia movido de su sitio y entonces recorde otra cosa.

- Señor Mayfar, mi nombre es Gabrielle Demming.

**Adam Mayfar** Vie Dic 11, 2009 8:59 pm

Se sorprendió bastante al oír que aquella señorita era el "centro de los golpes" Aquello si que le había hecho sentir peor de lo que ya se encontraba. Una mueca apareció en el rostro de él y volvió a hacerle una reverencia en forma de disculpas.
-Lo siento tanto señorita. Es que hace tanto tiempo que no frecuentaba las calles de Londres, que tal parece me he desacostumbrado.
La tomo de la mano y suavemente apoyó sus labios en el dorso de esta para besarla, en forma de saludo.
-Un placer Señorita Demming. ¿Se encuentra sola por las calles atestadas de gente de Londres?
Pregunto irguiéndose para mirar hacia todos lados, se notaba a simple vista de que aquella jovencita era de una buena posición social y era ya lo bastante dudoso que se encontrará sola por aquellos lugares.

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