Zarpando sin rumbo (Giovanni)

Me desperte pronto aquella mañana, habia acordado con mi doncella que me ayudaria a vestirme y terminar de preparar mi equipaje. No sabia donde ibamos pero eso no impedia que estuviera nerviosa. Prepare un vestido de muselina crema para el viaje bastante comodo con un sombrero que tapaba parte de mi cara. En la maleta en forma de baul, guarde unos 4 vestidos varios de viaje y mi traje para montar por si en algun momento necesitaba estas mas comoda.

Descendi la escalera de la mansion de mi padre ya preparada con mi doncella tras de mi con mi baul a cuestas, desayune todo lo que habia preparado la cocinera y enseguida sali de la casa en direccion a mi coche que esperaba en la puerta ya. Cargamos el equipaje y nos dirigimos al puerto de St Kitts. Despues de una hora de largo camino llegamos al muelle. Descendi del carruaje y mi lacayo nos acompaño hasta el gran buque de Firelli.

En cuanto los primeros rayos de sol cruzaron los cristales de la ventana de mi camarote, abri lentamente los ojos. Sin duda, las seis de la mañana no era una muy buena hora en la que despertarse,pero prepararse para partir y organizarlo todo, llevaba su tiempo, y cuanto antes acabaran, mejor. Se vistió y en cuanto lo hizo, bebió un vaso de agua y cogió una manzana que se llevó rapidamente a la boca. La noche anterior, ya había informado de la invitada especial. Algunos de la tripulación se rieron y bromearon sobre el capitán, este escuchandoles, pero no le dio importancia, y otros, les era indiferente.

Me rasqué la nuca mientras paseaba por cubierta, y las horas de la mañana trasncurrian con tranquilo pasar. En cuanto a la lejanía, observé a Gabrielle, sonreí de medio lado, mientras bajaba, y en cuanto llegaron al barco, sonrió mientras le arrebataba algo del equipaje de Gabrielle al sirviente, y sonreia de medio lado.

-Tranquilo, os echo un cable, bienvenida a bordo dama Gabrielle - dije sonriendo de medio lado mientras cargaba con parte del equipaje.

Sonrei al atractivo caballero que era Firelli, mientras descendia a su barco enorme. Era magestuoso, con la cubierta rodeada de gente moviendose para todos los lados listos para zarpar. El lacayo dejo que el caballero le ayudara y metieron mi equipaje en un compartimento.

Yo todavia asombrada por la belleza del mar a esas horas, me asome con cuidado por la popa, o la proa... no lo se muy bien y abri la boca incoscientemente.

- Gracias por aceptar mi compañia en este viaje caballero.

Observé fijamente a Gabrielle recorre rmi barco, mientras mis hombres unicamente iban de aqui para alla, preparando y ultimando las cosas. Cuando alguien me avisó de que ya estaba todo listo, asentí unicamente y alcé la voz:

-¡Dama Gabrielle, le sugiero que su lacayo vaya saliendo de aqui o que se vaya preparando para venir, porque ya estamos listos! - anuncié tranquilamente mientras miraba de reojo a aquel tipo con el que había venido Gabrielle.

Simplemente me decidi a asentir a mi lacayo quien agacho un poco la cabeza en señal de reverencia y despedida y tomo el camino de vuelta al muelle. Sin mas, volvi a mirar al mar sonriendo mientras aldo de marea me helaba la cara. Aquello me encantaba pero no podia evitar estar pasando frio, asique decidida me volvi hacia el capitan Firelli

- Capitan... Giovanni, no tendria la amabilidad de pedir una manta para mi, me encantaria ver como zarpa el barco pero, temo que hace demasiado frio.

La miré desde el sitio, dedicando un gesto con la cabeza a aquel lacayo a modo de despedida. Escuché la petición de Gabrielle, sonreí de medio lado y fui en persona a por una manta en mi camarote. No es que fuera gran cosa, pero al menos ayudaba a pasar el frio. Me acerqué por detrás de Gabrielle y la tapé, situando la manta sobre los hombros, para despues, abrazarla por la cintura, apretandola contra mi pecho de espaldas a mi, para que pudiera observar el horizonte tranquilamente.

-Espero que te guste el viaje, y que no pongas muchas quejas al respecto, y demás cosas - al principio aquellas palabras fueron en serio, despues, se tornaron un tanto a broma. Su acento se le notaba bastante, pero tampoco es que fuera de gran importancia. Unicamente, estaria alli, mientras ya sus hombres, sabían que hacer y estaban a lo suyo, deshaciendo cabos y preparándose para zarpar en cuestión de segundos.

Giovanni se retiro el mismo a por una manta que poco despues apoyo sobre mis hombros. Pero eso no fue lo mejor de aquel momento, si no era sentir como abrazaba mi cintura y me estrechaba entre sus brazos. En un primer momento mi cuerpo temblo ante su contacto, pero me despreocupe, el podria pensar que temblaba por el frio.

Entre en calor poco a poco con ayuda de la manta y del capitan. Alguno de sus hombres pasaban cerca nuestra y nos miraban con sonrisas picaras en los labios. Aun asi me relaje, apoye mi peso contra su pecho y observe el horizonte. Algo no dejaba de pasar por mi mente, que pensarian esos hombres que era yo? Una de sus amantes? Desde luego no una amiga que planeaba un viaje...

- Giovanni... tus hombres... esas miradas... que estaran pensando?

Giré un momento mi cabeza, y observé a los marineros, algunos nos miraban, otros parecían esperar ordenes de zarpar. Y yo enarqué una ceja antes de decir en perfecto italiano:

-¿Qué puñetas mirais? Os he dicho que zarpeis, pues venga, moved el culo - dije seriamente. Los marineros obedecieron sin rechistar, y algunos simplemente, ya acabando su oficio, se retiraron a sus aposentos, o simplemente preparaban los cañones y los revisaban, el resto, se preparaban para partir.

-Tranquila preciosa, simplemente esperaban órdenes- susurré a su oido. -Me alegra que hayas venido, ¿sabes?

Sonrei medianamente porque no queria que el frio entrara de nuevo a mi boca.

- De verdad? Yo me alegro de haber decidido venir, espero no arrepentirme y tener que tirarme por la borda para volver a nado capitan.

Le dije riendo ya que si tuviera que volver a nado, no llegaria nunca, mi padre habia insistido en que aprendiera piano y no natacion. Mis manos que estaban tapadas por la manta y sujetas a mi pecho, descendieron hasta los brazos del capitan para apretarlos mas en torno a mi cadera.

Suspire y pense que tendria que poner distancia entre nosotros, acababa de subir a aquel barco y ya no podia separarme de aquel hombre.

- Deberia enseñarme cuales son mis aposentos, no cree?

-No se arrepentira, pongo la mano en el fuego por ello - sonreí tranquilamente, notando sus manos en mis brazos. Tranquilamente, observamos con el paso de los minutos como el barco partía del puerto y finalmente, la mayoria de marineros comenzaba a preparar los ultimos detalles tranquilamente, para despues, irse a descansar y dejarlo todo en manos de pocos hombres, y ellos, irian a descansar de una vez.

Gabrielle preguntó por sus aposentos y sonreí:

-Debo recordar que gané cierta apuesta - bromeé y negó. -Tranquila, te gustará, es bastante amplio y hay dos compartimentos - aclaré mientras, me separaba lentamente de ella, y le ofrecía mi mano para caminar hacia su camarote.

La sonrisa que se asomaba a mi cara, desaparecio fugazmente al comentar aquella apuesta que el habia ganado. Me habia ofrecido dormir en su camarote, pero en camas separadas. Dios sabia que no podria aguantar mucho tiempo en una misma habitacion con Giovanni, asique intentaba disimular mis pocas ganas.

- Es cierto, debe cumplir con esa apuesta pero siempre en camas separadas, no es cierto Firelli?

Dije sonriendo, aceptando su mano y deslizando mis pies en la direccion hacia donde el me dirigia.

-Obviamente, se lo dije - sonreí de medio lado, y una vez tomada su mano, avancé hasta mi camarote, donde tras abrir la puerta, pudo comprobar lo enorme que era este. Un escritorio y una silla, unas cuantas estanterias con libros, y dos camas bastante amplias, bastantes apartadas y separadas por una pared de madera. Esa pequeña habitación era la de invitados. Tenía una cama, una estanteria con libros y una silla. No era gran cosa, pero no estaba mal. La decoración, era algo escasa, pero la madera y su color, sumado a algun cuadro y a alguna alfombra, hacian del camarote un buen lugar.

-Puede elegir entre mi cama, o la que hay apartada, ambas creo que serán de su agrado - comenté. -Tiene libros para leer, un escritorio, el mio, a su disposición, y, bueno, cualquier cosa, veremos que se puede hacer

Avanzamos hasta el camarato, que era un cuarto enorme con un compartimento apartado con otra cama y escritorio, era bastante completo y el señor gentillmente ofrecio su cama para poder dormir.

- Creo que me apañare bastante bien con la otra cama, disfrute usted de la suya. - Dije suspirando y entrando hacia el lugar apartado que ahora seria mi camarote - Y estare encantada de robarle de vez en cuando un libro de su biblioteca.

Dije mientras me sentaba en mi nueva cama, mirando el techo y todo lo que lo rodeaba. Habia suficiente intimidad.

-Como lo desee, estoy a disposición de lo que sea, y bueno, digamos que tenia en mente unas reformas, poner una puertecita y bueno, hice un apaño con una sabana, valdrá, si te interesa vaya... - dije señalando el hueco por el que se accedia al habitaculo de Gabrielle. -Y bueno, ¿alguna cosa que decir, opiniones, algo? - comenté sonriendo de medio lado.

No tenia ninguna sugerencia, desde luego que como estaba aquella habitacion, estaba perfecta. Siempre vendria bien la sabana que iba a poner por la intimidad.

- Perfecto esta como esta, no quiero cambios, agradezco esa sabana mas que nada por intimidad, para cuando me bañe.

Sonrei mientras le miraba y seguia sentada en la cama. Pense en si tendria alguna ayuda para preparar los baños y los trajes que me pondria ya que habia dejado a mi doncella en tierra

- Firelli, tengo a alguien quien pueda ayudarme? Prepararme los baños por ejemplo? Puedo hacerlo yo misma, por supuesto.

-Sinceramente, creo que no te interesará uno de mis hombres. - comenté sonriendo, apoyandome en la pared. -Puedo yo si quieres echarte ese cable, pero te lo dejo a tu elección - dije completamente convencido mientras cogía una manzana de una cesta que había sobre una estanteria y me la llevaba a la boca tranquilamente.

Sonreia la ver como cogia la manzana para comersela, desde luego le gustaban por la cara que ponia. Me ofrecia su ayuda para encargarse del baño. - Perfecto, intentare molestarte lo menos posible, con que me prepares la bañera con agua caliente seria lo unico que necesitaria... por el momento - Dije con tono divertido mientras me inclinaba un poco para coger una manzana y finalmente tumbarme en mi cama. - Para cuantos dias tenemos de viaje?

-La ida, tres dias, la vuelta, otros dos dias - sonreí, ante su forma de hablar y de ser, además de su tono. Avancé hasta ella y sonreí. -Y de veras, no me molestaria para nada - comenté con una sonrisa divertido. La observé, tumbada en la cama, tranquilamente mientras comia. -Supongo que será una larga travesia - comenté divertido.

Sonrei traviesa mientras pensaba en los dias que teniamos por delante, me encantaba viajar por todos lados, aunque no habia tenido la posibilidad de hacerlo muchas veces, apenas dos y siempre bajo el mandato de mi odiado padre. - Son apenas dos dias, cuando queramos darnos cuenta, estaremos de nuevo en Londres. - Dije pensando en que no queria que se pasara rapido, note como se acercaba hacia mi y rozaba una de sus piernas con mi rodilla, me tense de inmediato sin poder evitarlo, no me acostumbraba a tener a un hombre tan cerca. - Podria enseñarme el barco entero esta tarde o como manejarlo, me encantaria aprender muchisimas cosas.

-Pues que duren - sonreí de medio lado para despues, escucharla hablar sobre el tema del barco. Le di otro bocado a la manzana y despues asentí. -En cinco días, demasiadas cosas, yo ya te digo, que si estás dispuesta a renunciar a tu antigua vida, y venir conmigo, bienvenida serás, y lo sabes - sonreí de medio lado. -Simplemente, piensatelo

Me mordi el labio inferior pensando que podria significar aquella oferta. Desde luego estaba cansada de seguir los pasos a mi padre y obedecerle en todo pero la vida no estaba tan mal, tenia caprichos de vez en cuando, comida siempre caliente y a mi disposicion y los bailes en sociedad me encantaban - Acepte a acompañarte en este viaje corto, pero no creo que pueda desprenderme de mi antigua vida.- Mire al techo y me apoye sobre mis propios codos para mirarle - Aunque es una decision que debo tomar cuando acabe el viaje, entonces decidire. - Le dije asintiendo.

-Es comprensible, tranquila - sonreí mirandola y asintiendo comprendiendo perfectamente lo que ocurria. -Y curiosidad mia, respecto, a lo ocurrido tras la carrera, y antes, y ahora creo - me puse algo serio, pero sin duda no era nada importante. -¿Ocurre algo? No sé, pareces algo tensa, o son imaginaciones mias...

Mi sonrisa desaparecio de nuevo, desde luego aquel tipo era sincero preguntandolo, sin verguenza ni tapujos, pero no sabia que responder. - Esto... lo siento, puede que estes acostumbrado a amantes que lo den todo, o mujeres que esten locas por tus huesos, pero... yo no soy asi. No tengo experiencia con hombres, nunca. - Respire hondo e intente tragar saliva, pero era dificil, la boca estaba seca de los nervios - Me arriesgo bastante viniendo contigo a un viaje por mar, sin doncellas, ni nadie que me vigile, eso destrozara mi reputacion... no se si me entiendes o no...

-No te creas - me senté a su lado tranquilamente y negué. -Eso, tal vez fuera antes de lo ocurrido con mi familia, tras eso, bueno, ya me ves - comenté. -Me ves vagando de alli para acá y demás - la observé un momento cuando dijo lo de su reputacion. -Sabes a que te arriesgabas, no puedo decirte más que lo que hagas aqui en este barco, creeme, no se va a enterar nadie

Sonrei para dentro pensando en que era amable de su parte jurarme discreccion ante cualquier acto que ocurriera en el barco, eso reconfortaba pero todavia habia algo que me comia por dentro. Intente hacer acopio de valor y lo mire directamente a los ojos - Gracias por el viaje - Con las dos manos removi un poco mi pelo para que quedara en su sitio de nuevo y al apoyar de nuevo las manos en la cama, una de ellas rozo la del capitan. Mire aquellas manos fijamente.